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Deportivo Municipal volvió a primera y el grito de sus protagonistas fue descomunal y emotivo, en razón de quedar liberados de la angustia por reiterados intentos fallidos desde hace siete largos años, marcados por el sufrimiento y el dolor.Por eso, era previsible que la emoción de los jugadores y de sus hinchas tuviera esa dosis de desenfreno, de locura y hasta de llanto, por la alegría que significó el triunfazo de 2-0 sobre Unión Huaral que lo mandó a la profesional con el rótulo de campeón de la segunda.El centro de atención, seguramente para muchos, estaba en Arequipa o Chiclayo, pero para los ediles de corazón, aquellos que son capaces de gastarse la CTS con tal de vestir la “Franja”, el sacrificio fue pagado con la vuelta olímpica y quedaron más que satisfechos.El estadio Julio Lores Colán de Huaral, literalmente, explotó.El primer grito ensordecedor fue provocado por Alejandro Molina cuando a los 11 minutos puso el 1-0 de tiro penal. A los 58 minutos, el portero Exar Rosales decretó la victoria por la misma vía. ¡Un triunfazo!Llegado el final, los jugadores se convirtieron en los superhéroes de grandes y chicos. La felicidad era de todos, de las familias enteras que nunca se cambiaron de “mica”.

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