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Gloria a Dios

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La botella ya no tenía agua, pero Guillermo Sanguinetti seguía con la misma en la mano, se movía de un lado a otro y parecía que el empate no se iba a mover en Arequipa.Sin embargo, a los 87 minutos apareció Mauro Guevgeozián para darle el triunfo a los blanquiazules. Para calmar al “Topo”. Aprovechó el tiro de esquina de Julio Landauri, y atropellando a todo Melgar conectó de cabeza y celebró.El delantero uruguayo corrió a un lado del campo, se quitó la camiseta y se quedó con el pecho y la espalda descubierta. Ahí una cruz tatuada. Está bendito. Las lágrimas se le caían y él seguía de rodillas. Iluminado.El partido terminó minutos después y ningún victoriano quería meterse al camarín, esperaban, con un nudo en el pecho, que el partido de Sporting Cristal acabe en Chiclayo. La fecha se terminó y se sabe lo que se viene: 90 minutos de infarto.

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