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Se apagaron las luces en el estadio Isidro Romero y tras el 3-0 que sufrieron los íntimos ante Barcelona en la Sudamericana, los teléfonos comenzaron a sonar en la directiva íntima.

Había incertidumbre por la situación de un equipo que en el Apertura se cae a pedazos y que en Guayaquil empeoró el diagnóstico.

Ante ello, Susana Cuba y su “grupo de trabajo” se reunieron ayer por la mañana en el Alejandro Villanueva. ¿El tema? Revisar la continuidad de Guillermo Sanguinetti y de algunos jugadores.

Sobre el DT no hubo mucho drama. “Se queda y punto”, habría dicho la mandamás. Por lo menos durante todo el Clausura. Lo que sí estará en evaluación es la permanencia de algunas piezas del equipo al final del Apertura.

Ya por la tarde, la doña de La Victoria habló sobre el tema. “Cuando hay un traspié no es culpa de una persona, es culpa de todos y me incluyo. Aquí no hay ningún Poncio Pilatos para que se lave las manos. La Administración, el cuerpo técnico y los jugadores son culpables”, señaló Cuba. •

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