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Con tal que no muerda

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Dicen que no existe un escrupuloso diagnóstico, pero muchos consideran que al preparador físico se le aflojaron algunos tornillos. Y es que Alejandro Richino grita, salta y ríe casi sin respirar, más rápido que un “hola”, total, allí lo conocen y aceptan su rigurosa metodología de trabajo.

Ayer inició una microtemporada física que literalmente hizo “aullar” a los jugadores. “Así me gusta que trabajen...”. “¡Vamos chicos!”. “Yo tengo más edad que ustedes, pero corro como juvenil”.Son algunas de las muestras de quien se presume un revolucionario del “cuerpo sano en mente sana”. Lo cierto es que los jugadores prefirieron jalar con fuerza el “trineo” antes que escuchar al “Loco”.

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