FIFA GATE: Líbero te cuenta los por menores de la caída de Joseph Blatter y compañía

TODO EMPEZÓ como jugando. En diciembre de 2011, el estadounidense Chuck Blazer, un gordo millonario y barbón, fue captado por el FBI para que cante todo. Se trataba de un peso pesado: secretario general de la Concacaf, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA y amigo de Joseph Blatter, el “Capo di tutti capi”. “Todo es una mafia”, era el rumor en plena investigación.

Blazer pasó a ser el “topo” y, sin necesidad de ser torturado, confesó cómo jugaba la FIFA: Sobornos, coimas, favores, comisiones, transacciones, “cerrojos”, excesos y locuras en todas las canchas. Contó todo porque él mismo armaba los negocios. Así nació el FIFA-Gate. 

EL ESPÍA MAYOR

La información de Blazer fue decisiva para tumbar a Blatter y, de paso, a Michel Platini. El viejo cuento de que nadie podía intervenir en este organismo -por ser soberano y ajeno a los gobiernos- se derrumbó. 

Uno a uno fueron cayendo y, en el Perú, el primero fue Manuel Burga, detenido desde el 7 de diciembre en “Piedras Gordas II” a la espera de que se resuelva su extradición a EE UU.

ACORRALADOS

Recopilando datos desde 1991 y sumando cada vez más “sapos”, la fiscalía de Nueva York y el Ministerio Público de Suiza se tomaron en serio este partido y empezaron a trabajar. 

En principo, los cañones  apuntaban solo a la sede de la FIFA, en Zúrich, pero “los tentáculos de la mafia se esparcían por el mundo”, se comentó.

La fiscalía de Nueva York armó el primer expediente por el supuesto pago de sobornos por más de US$ 150 millones a dirigentes de la FIFA a cambio de “arreglar” la venta de derechos de transmisión, publicidad y auspicio de torneos en todo el continente americano. 

También investigó los antecedentes de soborno pagado a los dirigentes de la Conmebol para asegurar los derechos de televisión de las próximas cuatro versiones de la Copa América, incluyendo Chile 2015. 

LA TV SÍ PAGA

La empresa Datisa, según la Fiscalía de Nueva York, habría pagado US$ 100 millones en 2013, entregando US$ 3 millones al jefe de la Conmebol y a los presidentes de las asociaciones de Brasil y de Argentina.

Además, US$ 1,5 millones a cada uno de los otros siete presidentes de las federaciones de la Conmebol, y US$ 500 mil para otros once oficiales.

CASTILLO DE NAIPES

Por orden de la Fiscalía de Nueva York, el 27 de mayo las autoridades suizas “le dieron color” al FIFA-Gate al irrumpir en el Hotel Baur au Lac de Zúrich y detener a siete funcionarios de la FIFA acusados de soborno, fraude y lavado de dinero. Ellos estaban listos para reelegir a Blatter presidente.

Entre los “angelitos” figuraban el presidente de la Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout, y el de la Concacaf, el hondureño Alfredo Hawit, quienes siguen detenidos en Suiza. 

LOS OTROS CAPOS

Luego fue capturado el uruguayo Eugenio Figueredo, ex vicepresidente de la Conmbeol y la FIFA, que pasará Navidad en una cárcel de su país.

El paraguayo Nicolás Leoz, ex miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA y ex titular de la Conmebol, está con prisión domiciliaria en su país, pero será extraditado a Estados Unidos.

IDAS Y CORRIDAS

“La corrupción en la FIFA sí es real”, y de eso puedo dar fe Luis Bedoya, ex presidente de la Federación Colombiana de Fútbol y ex miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, que aceptó los cargos de sobornos y malos manejos junto a otros siete dirigentes de la Conmebol., entre ellos Sergio Jadue, ex titular de la ANFP de Chile

MUNDIALES “TRUCHOS”

La justicia de EE UU se metió al juego porque en los bancos norteamericanos se movieron grandes sumas de dinero para tapar la suciedad en la FIFA. 

A su vez, el Ministerio Público suizo pisó la cancha y empezó a investigar la compra de votos y lavado de dinero en la elección de los Mundiales de Rusia 2018 y Catar 2022. 

Un tremendo autogol a los involucrados en esta red de corrupción, que tiene a muchos asustados, desviando su dinero y vendiendo lo mucho que le robaron al fútbol.

En esta Navidad ya se cuenta a más de 50 comprometidos en el FIFA-Gate, pero aún falta que caigan más “incautos”.