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Como anécdota quedará que en la Copa Libertadores 2015, los rimenses le ganaron a Racing en Avellaneda, igualaron ante Guaraní en Paraguay durante la primera fecha y ni así clasificaron a los octavos de final.Se desmayaron, no se la creyeron. Se apuraron ayer en los últimos minutos, pero no fue suficiente. Clarito lo tenían: solo servía ganar ante Guaraní en el Nacional para dar el siguiente paso, sin embargo, todo quedó 1-1.NO AULLÓ LA “LOBA”La noticia era el regreso de Carlos Lobatón. Su vuelta para que el equipo camine por el sendero correcto, sin torpezas. Y así fue en los primeros minutos. Pero solo en ese ratito, luego regresaron las imperfecciones: pelotazos al área y más pelotazos al área.

La ansiedad se comió a los dirigidos por Daniel Ahmed. Tanto que a los 13 minutos Guaraní dio el golpe del partido. Federico Santander se metió como un cuchillo en el área celeste, confundió a Diego Penny y Alexis Cossio, y marcó. Y gritó con todos los suyos.

Jorge Cazulo entró en desesperación y si él pierde los papeles y los pelos se le alborotan, los demás compañeros caen en lo mismo. Quitó pelotas a punta de toperoles al frente. Josepmir Ballón tampoco fue el socio de otras batallas en la primera línea de volantes.

En la etapa complementaria, Sergio Blanco de “palomita” igualó todo a los 58’. El sueño regresaba, las graderías estallaban, el cielo oscuro de la noche se ponía celeste. Pero solo un ratito.

Luego nada se movió. Todo quedó como empate. Y pasó lo de siempre: nos marchamos antes de tiempo.

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