Guty no perdona

El Porsche de su padre, exquisitamente cuidado en la cochera de la casa, le cambió la vida. “Era un fierrazo”, nos cuenta Guty Michelsen. Sus recuerdos son eternos como la cantidad de coches que piloteó. “Años después cumplí el sueño de papá y corrí un Porsche”, agrega con los ojos encendidos.

La sangre alemana en sus venas y los triunfos de su padre impulsaron su estreno en el mundo de los fierros. Guty, al pie de su Mazda 3, charló con LÍBERO. Se presentó sincero y decidido a brillar esta temporada con su nueva “nave”.

Bicampeón nacional de circuito, piloto de kart en dos Mundiales y animador de la TC-2000, Guty se muestra tal como es. No le gusta que lo comparen con el otro Guty (el actor). Lo suyo es el deporte, los fierros. “Correr es mi pasión. Es lo máximo para mí”, relata.

Integrante del Mazda Racing Team y del equipazo PCR, Michelsen calentó la TC-2000. Marcha segundo, muy cerca de Christian Kobashigawa, y alejándose cada vez más de Salvador Ricci. “Con ‘Koba’ somos promoción. Nos conocemos muchos años y sabe que le puedo ganar en la pista. Me conoce muy bien”, embiste.

Sobre “Salva” dijo: “Ahora le dicen chicanita (jajaja), pero al margen de la broma, es un piloto que cuenta con un gran equipo y siempre da pelea. En la TC-2000 también hay otros buenos pilotos como Christopher Fuller, Luis Felipe Capamadjian, y los hermanos Verónica y Jean Paul Peyón”.

Guty -junto a Ignacio Espinosa- le ganó a todos en Los 200 Kilómetros de Lima “Copa Yokohama” y se afianzó en el segundo puesto de la TC-2000. La desventaja, como él mismo lo reconoce, es su poco rodaje en el Autódromo La Chutana.

“Empecé a probar el Mazda en enero y en la TC-2000 me encontré con pilotos que vienen corriendo más de cinco años en La Chutana. Se lo conocen al milímetro, por eso creo que el circuito debería ser ampliado y mejorado”, precisó.

Luego de analizar con sus mecánicos el Mazda 3, Guty le pidió al Instituto Peruano del Deporte que “apoye más al circuito”. “Es lo más justo”, ruge.