El hombre de las nieves

Roberto Carcelén no esperó un recibimiento tan especial en el aeropuerto. Decenas de peruanos lo ovacionaron y sus ojos se llenaron de lágrimas. La historia de coraje que escribió al cruzar la meta de los Juegos Olímpicos de Invierno Sochi 2014 con dos costillas rotas, un desgarro muscular y una fuerte gripe, valió la pena.

“Me compromete a trabajar más por mi país. Es una señal clarísima que tienen confianza en mí. El recibimiento fue espectacular, precioso, como de película”, expresó a LÍBERO. Contó además que se retira de las competencias oficiales a fin de ejecutar proyectos sociales.

Carcelén retornará a vivir al Perú, tras su permanencia en Seattle (Estados Unidos) desde 2002. Aquí pondrá en marcha proyectos de enseñanza a nuevos valores en la práctica de esquí de fondo y snowboard en dunas.

“Trabajaré con simuladores y otras técnicas porque quiero motivar al talento peruano,  decirles que pueden salir adelante con disciplina. En adelante tengo el compromiso de llevar este mensaje a todos los rincones del país”, precisó.